Keana Kolt

por **Keana Kolt** Mar Oct 02, 2012 7:40 am

• CENSO DE AELTHIM •

Keana Kolt

• Raza: Kratora • Sexo: mujer • Edad: 26	• Ideología: Antiindustrialismo • Religión: Creencias Kratoras • Diezmo: Compartido
• Habilidades: Empatía animal/sentido agudizado/atmoquinesis (a un nivel medio de dominio) • Lugar de Nacimiento: Gueto de Sagarís • Nacionalidad: Aelthim • Clase social: Clase Baja • Orientación sexual: Hetero

Descripción Física

Apariencia Física

Rasgos faciales

• Cabello: Rubio paja oscuro, con mechones de un tono más oscurecido
• Ojos: azul claro, apagados.
• Otros: Nariz ancha. Labios sonrosados. Facciones ligeramente duras.

Rasgos generales

• Altura: 1,74
• Complexión: esbelta, finas curvas, delgada.
• Piel: Pálida pero sin llegar a ser enfermiza
• Vestimenta: su vestimenta está compuesta por sedosos pero gastados de colores apagados, normalmente terrosos o verdosos. En invierno suele ponerse por encima jerseys de lana y sustituir los velos enroscados alrededor de la cabeza con gorros de lana.
• Otros: es ciega de nacimiento. Cuando la luz es muy intensa puede atisbar en su interior un sutil cambio en las sombras a las que acostumbra pero no pasa de eso. Su oído se agudizó y es como su vista pues le permite -sino vislumbrar- hacerse una idea del sitio en el que está en ese momento. Suele decorar su cabello con trenzas y su velos con alguna que otra pequeñita flor que encuentra por ahí. No tiene perforación ni tatuaje alguno por su cuerpo así que su piel se mantiene tersa sin estropicios por el medio. Siempre anda acompañada de un largo báculo que usa como bastón guia a la hora de desplazarse por la ciudad. Además, es muy buena usándolo como arma de defensa a la hora de pelear o proteger lo que es suyo.

Descripción Psicológica

Es una joven sencilla, humilde y disccreta. Le gusta ayudar a su tribu colaborando en la causa creando collares que luego intenta vender en la ciudad. A pesar de su cegera total no hay que subestimarla pues es muy capaz de hacer vida normal e incluso de defenderse ante agresiones. Es inteligente y sagaz a la hora de dar respuestas a preguntas complicadas o retos del día a día. No fue a la escuela pero sin embargo, sabe contar, restar y sumar pues aprendió por práctica y por ensayo error. No sabe cuando le timan pero reconoce por el tacto las monedas que le dan y distingue unas de otras así que sabe cuanto dinero le dieron y cuanto devolver. Es ciega, pero no tonta. Por otro lado, el ser la hija de un Jefe de Tribu la llena de un gran orgullo lo que hace que siempre ande con la cabeza bien alta a pesar de ser de las esferas más bajas de la sociedad. Para ella ser hija de jefe es igual a ser una reina y con eso le basta. Nunca subestima a nadie y ella espera que no la subestimen ni la traten con conmiseración o compasión. Odia que la traten así porque no es estúpida ni inválida. Por otro lado de cosas siente que, a pesar de no tener nada, es más rica que el más rico de los demás ciudadanos. Para ella su cultura, sus creencias y su conexión con el medio son suficientes para sentirse plena y satisfecha con la vida y, para ella, el ritmo de vida envueltos en oro de las grandes familias de las que oyó hablar, les hace seres completamente vacios, huecos incapaces de ser felices.

Historia

Nació el vigesimo día del periodo invernal de Riathoren del año 919 durante una tormenta bastante cruda e intensa de nieve, a las 10 de la noche. Su nombre, nada más rompió a llorar, quiso atestiguar la hazaña y así le pusieron Keana, la que nació en el frío. Sus primeros años de vida fueron normales para alguien de su edad que crecía en un ambiente con escasos recursos. La madre, débil tras el parto, tuvo que retirarse de trabajar y dedicarse a su retoño debido a que era una madre primeriza e inexperta dada a su juventud. Kot, el marido y padre, decidió que se pondrían a vivir con su hermano y su esposa para que así, los ingresos dieran para sustentar aquella nueva vida intacta. Era y es el jefe de su tirbu pero eso poco importa sino se tienen recursos para ver un nuevo amanecer. Aun así, el respeto que le tiene su gente se transmitió poco a poco a su hija de escasos 3 años que observaba más que veía como su padre recibía aquellas muestras de afecto, como acudían a él en busca de consejo y como le pedían que interviniera en trifulcas vecinales. Él siempre escuchó a ambas partes, meditó y dio un veredicto que nunca fue reclamado o rechazado; le respetaban y él respetaba a su gente lo cual era tanto más importante. Impartía justicia pero también era el primero en ir a ayudar cuando una familia tenía serios problemas y si debía dar dinero, lo daba... En fin, sabía como mostrarse en cada situación y eso la pequeña Keana lo fue absorviendo poco a poco y con buena letra.

Cuando cumplió los ocho años se hizo evidente que ella también venía con las habilidades propias de su pueblo y raza. A parte del oído agudizado -que ya lo tenía innato desde que había nacido para suplantar a la vista inexistente- empezó a tener cierta conexión con los felinos que rondaban el gueto aunque también con algún que otro gato salvaje que se cruzó alguna vez que fue al bosque acompañada. Pero el principal poder no se desarrolló hasta medio año más tarde un día especialmente caluroso durante el periodo estival de Yarotha. Ella estaba en el interior de su casa y su madre la mandó a por agua a la fuente y ella agarró el botijo y fue hacía ahí; llegó a la fuente, lo llenó de agua y luego bebió ella directamente de la fuente. Cuando regresó no se percató que alguien cruzaba deprisa por enfrente de ella y la tiró al suelo con tan mala suerte que el botijo se rompió y desparramó todo el agua por el suelo. Del susto -más que del disgusto- rompió a llorar y con ella el viento azotó con fuerza la zona. Una brisa tórrida se convirtió en un vendaval de asfixiante calor que duró lo que la pequeña Keana logró reponerse al susto. Se levantó y, a tientas, intentó juntar todos los pedazos de terrizo que habían conformado anteriormente el botijo ayudada por quien la había arrollado; una vez en casa su madre no pudo regañarla y con paciencia le enseñó a hacer un botijo nuevo solo con el tacto y sus explicaciones. Al día siguiente se le mostró como debía educar su don y así sigue hoy en día, tratando de dominarlo al completo aunque ya tiene un nivel medio aceptable. En la actualidad se dedica a ayudar a su familia y a su tribu confeccionando cuentas de terrizo, pintándolas con colores que prepara su madre demasiado enferma para seguir trabajando. Alguna vez cuando reunen bastante barro hace botijos para venderlos como artesanía pero son muy contadas ocasiones las que tiene esa posibilidad.

Otros Datos

• No le gusta la ciudad y mucho menos el Gueto, prefiere miles de veces antes perderse por el bosque pero el que esté infestado de bandidos la detiene a la hora de ir.
• A su cuidado tiene un gatito callejero que medio adoptó y al que llama: Ean
• Le gusta oir como llueve.

por **Anastasia Kavannaght** Mar Oct 02, 2012 7:52 pm

Ficha Aprobada

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